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Es posible que lleves algún tiempo escuchando hablar del impacto ecológico del ser humano sobre nuestro planeta, pero… ¿Sabes decir exactamente qué significa este concepto? Puede que te aproximes un poco o es posible que no tengas muy claro de a qué hace referencia exactamente, pero no te preocupes porque hoy no te vas de aquí sin tenerlo clarísimo, ¡palabra de E-renovables!
Llamamos impacto ecológico a la forma que tiene el ser humano de consumir los recursos renovables de nuestro planeta; o mejor dicho, a cómo afecta que lo haga con respecto a la capacidad de la Tierra para regenerarlos.
La actividad humana es tremendamente perjudicial para el planeta en el que vivimos. Prácticamente, cualquier cosa que haga el hombre actual contamina. Desde desplazarse en coche hasta cocinar en casa dependiendo del tipo de aceite que se utilice. De ahí que sea necesario medir la influencia del hombre sobre el medioambiente, que es precisamente lo que determina el impacto ecológico. A peores resultados, más cosas habrá que corregir para poner solución a la situación.
El impacto ambiental puede clasificarse según su naturaleza, duración o magnitud. Por ejemplo:
Estas clasificaciones ayudan a evaluar de forma más precisa las consecuencias de cada actividad y a definir medidas correctivas adecuadas.
Las causas del impacto ambiental están directamente relacionadas con el modelo de desarrollo y consumo de la sociedad actual. La quema de combustibles fósiles, la deforestación, la sobreexplotación de recursos naturales, la contaminación del agua y del suelo o la generación masiva de residuos son algunas de las principales razones que explican el deterioro del planeta.
Todas ellas tienen un denominador común: la acción humana y su falta de equilibrio con el entorno natural. Reducir este impacto requiere transformar nuestros hábitos hacia un modelo más sostenible, basado en la eficiencia energética, el consumo responsable, el ecologismo y el respeto por los ecosistemas
El impacto ecológico únicamente se centra en la relación de las personas con el medio en el que viven, sin tener en cuenta para nada ni el aspecto económico ni el social. Es por ello que las soluciones que se proponen pueden no encajar con políticas en estos otros sentidos, pero es que el medioambiente no puede esperar.
La única forma de reducir el impacto ecológico es utilizar el sentido común.
En definitiva, vivir de forma más acorde con el medioambiente, ¡no hay otra!