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Al hablar sobre productos que son perjudiciales para el medioambiente, siempre se suele mencionar si es algo biodegradable o no biodegradable. La duda es ¿en qué se diferencian? Ya te adelantamos que son dos puntos completamente opuestos.
El mundo entero se está enfocando en cuidar el medioambiente y reducir la huella de carbono. Es una tarea muy complicada, no es algo que podamos completar de la noche a la mañana, así que nos toca una temporada de adaptarnos a nuevas metodologías.
Los productos biodegradables han sido mencionados por muchos expertos como una solución a varios problemas. Los problemas por exceso de residuos son un claro ejemplo de esto y cómo podemos reducir la contaminación por esta vía.
Las sustancias se pueden dividir de muchas formas, cuando hablamos del impacto que tienen en el medioambiente y los residuos que se generan, lo hacemos entre las biodegradables y no biodegradables.
Las sustancias biodegradables son aquellas que pueden descomponerse gracias a la acción de microorganismos, como bacterias y hongos, en un periodo de tiempo razonable.
Aunque el proceso puede ocurrir en la naturaleza, en muchos casos se requiere un entorno adecuado (temperatura, oxígeno, humedad) para que sea realmente eficaz, especialmente con materiales industriales.
¿Qué quiere decir esto? Son sustancias que desaparecen después de que microorganismos o bacterias actúen. Un ejemplo muy claro de esto lo podemos encontrar en la madera, que con el paso del tiempo se va desgastando y puede terminar por no quedar nada.
Los productos biodegradables cobran una gran importancia en el contexto medioambiental actual. En primer lugar, porque si terminan en la calle, mares o bosques, su impacto negativo es mucho menor.
En segundo lugar, el proceso de reciclaje que tienen este tipo de productos es mucho menos perjudicial. El motivo de esto es que se llevan a unas plantas industriales de compostaje que tienen menos emisiones de dióxido de carbono.
Los materiales biodegradables pueden ser de origen natural o procesado. Entre los más comunes están:
Estos materiales se descomponen más fácilmente si no han sido tratados químicamente y se descartan en condiciones adecuadas.
En la otra cara de la moneda, se encuentran los productos no biodegradables, que son todos los que no se pueden descomponer de forma natural en el medioambiente y se quedan en el ambiente.
Por supuesto, estas sustancias son muy dañinas para el planeta. No van a desaparecer a no ser que el ser humano las elimine, por lo que hay una gran cantidad de productos que contaminarán el medioambiente.
Un ejemplo claro de sustancia no biodegradable son los plásticos provenientes del petróleo. Los productos que se fabrican de este material tardan cientos o incluso miles de años en desaparecer, por lo que suponen un grave problema.
Una bolsa de plástico convencional puede tardar entre 150 y 1.000 años en degradarse completamente, dependiendo de las condiciones ambientales. Además, no desaparece totalmente, sino que se fragmenta en microplásticos que persisten en el medioambiente y afectan a la salud de los ecosistemas.
Bueno, seguramente te hayas hecho una idea de las principales diferencias que hay entre estos dos tipos de productos. Básicamente, son dos cosas totalmente opuestas.
Mientras que los productos biodegradables desaparecen con el paso del tiempo, los que no lo son, perduran en el planeta. Estos últimos sí que se eliminan, pero después de cientos de años.
La contaminación es otro de los factores importantes. Los productos biodegradables, emiten muy poco dióxido de carbono cuando se reciclan, al contrario de los no biodegradables.
Otro de los términos que se está usando mucho últimamente es el de producto o sustancia compostable. ¿Es lo mismo que los biodegradables? Son muy parecidos, pero hay algunas diferencias bastante marcadas.
Los productos compostables son todos los que se pueden descomponer de forma natural, sin hacer daño al medioambiente y bajo unas condiciones muy específicas que se deben respetar.
La diferencia principal con lo biodegradable es que lo compostable debe descomponerse en condiciones controladas, como las que se dan en instalaciones industriales de compostaje, para transformarse en abono sin dejar residuos tóxicos.
Si estas condiciones no se cumplen, el objeto puede tardar mucho en degradarse o no hacerlo completamente, aunque sea compostable.
Algunos de los materiales compostables que te puedes encontrar en el día a día son los vasos de algunas cafeterías o bolsas de supermercado. Este tipo de producto ha cogido mucha fuerza en los últimos años, ya que son bastante baratos de adquirir y son muy respetuosos con el medioambiente.
Tanto los materiales compostables como los biodegradables van a ser muy importantes en los próximos años. Como te decíamos, estos son una solución muy eficaz a los problemas derivados de los plásticos y no suponen un desembolso muy elevado de dinero. En definitiva, estas son las principales diferencias entre ellos:
BIODEGRADABLE | NO BIODEGRADABLE |
Desaparecen con el tiempo | Perduran en el planeta |
Se descomponen de forma natural en el medioambiente | Productos y sustancias muy dañinos para el planeta |
Proceso de reciclaje mucho menos perjudicial | Tardan cientos de años en desaparecer |
Menor impacto medioambiental | Altas emisiones de CO2 |
Todavía queda mucho camino por delante, pero empezar a sustituir los plásticos por estas otras sustancias es un paso de gigante que ya estamos dando. Así que será cuestión de tiempo para que empecemos a ver resultados.
Utilizar productos biodegradables y compostables tiene grandes beneficios para el medioambiente:
Gracias a estas ventajas, cada vez más empresas y consumidores apuestan por alternativas sostenibles en envases, productos de higiene, ropa biodegradable y embalajes.
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