Aunque no lo creas, hay trucos que te permiten ahorrar energía en casa todo el año. No importa que sea verano o invierno. Precisamente, uno de los sistemas más eficientes para reducir el consumo eléctrico en tu hogar es instalar unas rejillas de ventilación.
Por eso mismo hoy te contamos cuáles son sus ventajas y cómo colocarlas, paso a paso.
Las rejillas de ventilación facilitan la entrada y salida de aire en la vivienda, lo que ayuda a renovar el aire interior, evitar la acumulación de humedad, malos olores y posibles contaminantes.
Además, contribuyen a mantener una temperatura y climatización más equilibrada de forma natural, reduciendo la dependencia excesiva de sistemas de aire acondicionado o calefacción y favoreciendo el ahorro energético.
Las rejillas de ventilación tienen un papel fundamental: permitir que todos los habitáculos de tu vivienda se ventilen. La circulación del aire por los distintos rincones de la casa no solo te ayudará a respirar mejor, sino que vas a ahorrar energía.
Es imprescindible que el aire pueda entrar y salir de todas las estancias de tu casa. No obstante, las rejillas de ventilación deben complementar a las puertas y las ventanas para que las habitaciones estén bien ventiladas.
De hecho, cualquier edificio debe contar con un buen sistema de conductos de aire. Además, sirve para conectar el interior de una vivienda con el exterior. Por lo tanto, no es solo un elemento de ahorro energético, sino de seguridad.
A continuación, te explicamos cuáles son las ventajas de las rejillas de ventilación y cómo te ayudan a ahorrar electricidad en casa:
Las rejillas de ventilación no solo permiten la entrada de aire, sino también de luz. De esta forma, evitarás encender todas las luces en casa. Basta con que aproveches la luz natural durante el día, sin recurrir a las bombillas.
Especialmente en primavera y verano, te recomendamos abrir las ventanas de par en par en las horas más luminosas del día.
Esto hará que las habitaciones reciban luz suficiente, sin tener que utilizar luces artificiales. Reducirás mucho el gasto de electricidad. Pero si usas bombillas, mejor que sean LED.
No obstante, en otoño e invierno también puedes usar la luz natural durante las primeras horas de la mañana y por la tarde. Así no tendrás que dejar las luces de casa encendidas todo el día. Solo por la noche.
Al estar tu casa mucho más fresca y ventilada, gracias a las rejillas de ventilación, podrás apagar el aire acondicionado. Aunque lo enciendas en las horas más calurosas del día, no gastes más energía de la necesaria.
Esto también te ayudará a reducir considerablemente el gasto de electricidad. Tu vivienda estará bien climatizada, de una manera más natural y sostenible.
Como te decíamos antes, las rejillas de ventilación también son un elemento de seguridad. Facilitan la renovación del aire, para que tu casa tenga un nivel óptimo de climatización. Te aportará una mayor comodidad, dentro y fuera del edificio: patio exterior, jardín, piscina, etc.
De hecho, en el Real Decreto 1027/2007, del 20 de julio, se aprueba el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios. Esta normativa garantiza la calidad del aire dentro de los edificios residenciales y no residenciales.
La ubicación de una rejilla depende de la función que vaya a cumplir. En general, es útil colocar rejillas en zonas húmedas (baños, cocinas), en habitaciones internas, sin ventanas, en pasillos o zonas de paso, y entre estancias con diferentes requerimientos de aire.
También conviene instalarlas en paredes exteriores o en puntos que comuniquen con el exterior si se busca renovar aire o evacuar humedad.
De igual modo, en viviendas bien aisladas se recomienda combinarlas con sistemas de ventilación natural o mecánica para asegurar una ventilación constante.
Las rejillas de ventilación pueden variar según su material, diseño y ubicación.
Entre los tipos más comunes se encuentran las rejillas metálicas, resistentes, duraderas y con buena conductividad del flujo de aire; las de plástico, más económicas y ligeras; y las de madera, que en ocasiones se usan por razones estéticas o en zonas con humedad moderada.
Además, hay rejillas pensadas para interior vs exterior, rejillas de suministro de aire, rejillas de extracción, rejillas fijas o con lamas ajustables, y versiones diseñadas para minimizar ruido o para facilitar la limpieza.
El metal es un material que resiste bien los impactos y golpes. Además, es duro y resiste muy bien la corrosión, no se deforma. A su vez, su mantenimiento es sencillo y te ayudará a mantener tu casa fresca.
Por otro lado, estas rejillas impiden la salida de calor y en invierno podrás mantener la vivienda bien aclimatada, reduciendo el uso de la calefacción y ahorrarás energía.
Se trata de otro material con efecto anti-impacto y de baja conductividad térmica, por lo que no permiten la entrada de frío ni calor. Esto hará que tu casa esté bien ventilada y aclimatada durante todo el año, incluso en los meses más frescos y calurosos.
Estas rejillas se utilizan sobre todo para el baño. La madera es un material que resiste bien el calor y la humedad. A su vez, no le afecta demasiado el desgaste con el paso del tiempo.
Además, te recomendamos que instales rejillas de ventilación de doble flujo, en el techo o las paredes, para que el aire se expanda mejor por todas las habitaciones.
Esto es muy importante, pues no debe quedar ninguna estancia sin ventilar y debe dejar pasar una buena cantidad de aire hacia el interior de la vivienda.
Para viviendas, las rejillas metálicas suelen ser una opción muy recomendable por su durabilidad, resistencia a la corrosión y eficiencia en la circulación del aire.
Si buscas algo más económico o ligero, las rejillas de plástico pueden funcionar, aunque debes asegurarte de que la calidad sea adecuada para evitar deformaciones o fugas.
En zonas húmedas o baños, materiales resistentes a la humedad (metal galvanizado, acero inoxidable, etc.) son más seguros.
En resumen: la mejor rejilla depende del uso, la ubicación, el clima, y el nivel de ventilación que quieras conseguir.
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