Las bombillas regulables son aquellas que dan la opción al usuario de regular la intensidad de la luz que emiten. De esta forma, la intensidad de la luz se adapta al entorno y a la zona en las que están situadas. Estas bombillas tienen un regulador a través del cual se puede controlar su intensidad de la luz.
Este tipo de bombillas se pueden ver en hogares o en estancias en las que se necesita bajar la intensidad de la luz para ver una película o para hacer ejercicios de relajación. También pueden formar parte de centros de estudios en los que se necesita una intensidad de luz alta. Su uso depende de las necesidades del usuario.
Entre las ventajas del uso de las bombillas regulables se encuentran que tienen capacidad para crear el ambiente perfecto, su utilización supone un ahorro en la factura de la luz y también están catalogadas como un producto ecológico porque están hechas con materiales no contaminantes. Además, se pueden encontrar bombillas LED regulables que tienen un consumo todavía más bajo.
Otro aspecto positivo de estas bombillas es que su instalación es bastante sencilla. Tan solo hay que escoger el modelo que se adapte a la lámpara en la que estará ubicada, enroscarla y controlar su intensidad con el regulador. No es necesario hacer cambios ni alteraciones en la instalación eléctrica.
La intensidad de las bombillas regulables es el aspecto que diferencia a estas lámparas de otras. Pero para que aporten el máximo rendimiento se tienen que utilizar diferentes tipos de reguladores.
El funcionamiento de una bombilla regulable se centra en la función de un dispositivo eléctrico que recibe el nombre de “dimmer”. Esta pieza se encarga de controlar la potencia que se suministra a la bombilla. El “dimmer” se encuentra en la parte central del sistema regulable y su control de suministro de energía permite variar la intensidad de la iluminación.
Siguiendo esta línea también hay que tener en cuenta que para obtener la máxima eficiencia de la bombilla regulable es fundamental contar con un regulador de intensidad que sea compatible. Las bombillas regulables son un dispositivo de uso sencillo y práctico. Además, los modelos más avanzados se pueden controlar usando aplicaciones móviles.
El funcionamiento básico de este tipo de bombillas hace que sean las más adecuadas para entornos laborales y domésticos que demandan un bienestar visual. Incluso son muy valoradas en labores que obligan a que haya una visión precisa de los colores como sucede con los procesos industriales y artísticos.
Hoy en día abundan las bombillas regulables LED que aportan una gran eficiencia energética y que tienen una vida útil muy larga. Algunas incluso están catalogadas como bombillas de bajo consumo que son capaces de cumplir sus funciones empleando una cantidad muy baja de energía.
El hecho de ser regulable es una característica propia de la bombilla, pero se puede mejorar su funcionamiento añadiendo un regulador a la instalación eléctrica que sea compatible con la propia bombilla.
Para ejecutar esa sustitución hay que dar una serie de pasos y la corriente eléctrica debe estar desconectada, aunque siempre es recomendable recurrir a un profesional que garantice la seguridad en el proceso y la eficiencia en la instalación. Aun así, es imprescindible confirmar que se ha adquirido una bombilla regulable, de lo contrario, el regulador quedará instalado, pero la bombilla comenzará a parpadear y no funcionará de la forma adecuada.