Una bombilla solar es un dispositivo que también recibe el nombre de lámpara solar. Se distingue del resto de bombillas convencionales porque está integrada en un sistema de iluminación formado por una lámpara LED, una batería eléctrica, unos paneles solares y un controlador de la carga.
Otro aspecto que distingue a las bombillas de luz solares respecto a las bombillas convencionales, es que sus paneles solares fotovoltaicos tienen un papel fundamental en su funcionamiento. La iluminación de estas lámparas se genera a través del panel solar, que absorbe la luz solar y retiene en una batería. De esta forma la lámpara tiene energía para encenderse cuando ya se ha puesto el sol. Normalmente, ese panel solar está incluido en la estructura de la propia lámpara, pero en algunos casos hay que adquirirlo por separado.
El funcionamiento general de las luces solares se basa en el aprovechamiento de la luz del sol para crear energía eléctrica. Sus células fotovoltaicas, también llamadas paneles solares, son esenciales para su funcionamiento. Esto se debe a que están formadas por materiales semiconductores que, al entrar en contacto con el sol, crean una corriente eléctrica mediante el efecto fotovoltaico.
El proceso general se basa en la labor de estos paneles solares sobre los que impactan los fotones de la luz del sol. Cuando esos fotones chocan contra los paneles solares dan lugar a un flujo de electrones que son los que generan la corriente eléctrica. Posteriormente, esa corriente debe ser canalizada y guardada en un sistema de almacenamiento para poder usarse con posterioridad.
Los avances tecnológicos han permitido mejorar la eficiencia de los procesos de recopilación y transformación de la energía solar. De hecho, hay bombillas solares que tienen sensores capaces de detectar una bajada de luz natural cuando anochece y que pueden activar la luz de forma automática. Incluso algunas traen incorporados sensores de movimiento que encienden la luz de forma automática con la simple detección de actividad.
En este sentido también destacan las luces LEDs en las que la electricidad guardada en la batería alimenta los diodos que emiten la luz. Tampoco pasan desapercibidas las bombillas incandescentes que, debido a los avances tecnológicos, han logrado ser productos inteligentes con una larga vida útil y con un alto nivel de eficiencia.
El proceso de carga de una bombilla solar se basa en esa recepción de fotones solares con su posterior liberación de electrones. Pero en este procedimiento destacan dos elementos esenciales.
El primero de ellos es el controlador de carga que regula la cantidad de energía que es enviada a la batería. Su función es evitar que haya sobrecargas o grandes descargas de electricidad. El otro es la batería de almacenamiento que guarda la electricidad generada durante el día. Su labor también es importante porque permite que las bombillas se puedan encender durante la noche o en momentos en los que hay condiciones bajas de luz.
Finalmente, destaca la función del inversor que es muy relevante cuando las luces son de corriente alterna. En este caso la corriente continua que queda almacenada en la batería se transforma en alterna gracias al inversor.
La duración de las bombillas solares varía entre 6 y 15 horas de funcionamiento continuo, dependiendo principalmente de la capacidad de su batería (desde 1200 mAh para 6-8 horas hasta 3000+ mAh para 12-15 horas), la eficiencia del panel solar (los monocristalinos ofrecen mejor rendimiento) y las condiciones climáticas (los días nublados reducen su autonomía). Los modelos con LEDs más eficientes como los SMD pueden alcanzar hasta 15 horas con bajo consumo (1W), mientras que las bombillas solares de mayor potencia (5W+) suelen durar entre 4 y 6 horas. Para maximizar su duración, se recomienda instalar los paneles en zonas con máxima exposición solar, mantenerlos limpios y utilizar sensores de movimiento que activan la luz solo cuando es necesario.
Generalmente, las bombillas solares son de exterior y se colocan en el suelo, aunque muchas de ellas traen enganches que permiten que se puedan ubicar en el techo o en las paredes. Todo esto varía en función del modelo. Aunque para sacar el máximo rendimiento a estas lámparas siempre se tienen que colocar en un punto en el que reciban la luz del sol.
Los modelos de estas bombillas aportan diferentes prestaciones. Algunas traen incorporado un sensor de movimiento, también es importante que las bombillas solares de exterior sean impermeables. Otro aspecto interesante es que aportan la opción de regular la intensidad de la luz que emiten.
Las bombillas de luz solar destacan por tener dos aspectos positivos. El primero es que su uso supone un ahorro de energía y el segundo es que se pueden instalar de forma sencilla y sin necesidad de usar cables. Como inconvenientes figuran que su funcionamiento depende de las horas de luz solar, ya que funcionan con energía solar y que sus baterías tienen una duración determinada. Además, suelen ser bastante delicadas y conviene revisarlas con regularidad.