Imagina ese instante al terminar de ver tu serie favorita y dejas tus dispositivos en reposo, parece que no, afecta a tu consumo de energía. Es por esto que la UE llega con una nueva normativa, que redefine el uso del modo reposo en los dispositivos del hogar.
Aquel zumbido leve del router, la luz tenue del microondas o el piloto rojo de la consola que nunca se apaga. Todos esos detalles que antes ignorábamos ahora tienen un nuevo enfoque. Hoy, con tantos dispositivos, la Unión Europea quiere que volvamos a ser conscientes.
A partir de 2025, una nueva normativa de la Unión Europea redefine los estándares de consumo eléctrico en modo reposo. Su objetivo no es otro que mejorar la eficiencia energética de nuestros hogares y fomentar un uso más sostenible de los recursos tecnológicos que usamos a diario.
A continuación, exploramos cómo esta regulación te afecta, qué dispositivos están implicados y por qué este pequeño gesto puede tener un gran impacto ambiental y económico.
La normativa aprobada por la Unión Europea establece nuevos límites al consumo de energía de los dispositivos electrónicos cuando están en modo reposo o apagados pero conectados. El objetivo es reducir el consumo innecesario y contribuir a una mayor eficiencia energética en el hogar.
El reglamento, vigente desde mayo de 2025, actualiza la Directiva de Ecodiseño. Esta legislación obliga a los fabricantes a garantizar que los aparatos consuman menos de 0,5 vatios en modo espera, salvo si tienen funciones de red activas como el WiFi, en cuyo caso el límite es mayor.
Se incluyen televisores, hornos, cafeteras, routers y hasta cepillos de dientes eléctricos. Cada dispositivo debe cumplir con requisitos específicos según su categoría, lo que impacta directamente en el tipo de productos que veremos en el mercado.
Aunque pueda parecer inofensivo, el modo reposo representa una porción significativa del consumo eléctrico doméstico. Estudios de la Unión Europea indican que hasta el 10% de la factura de luz puede deberse a aparatos en reposo que siguen consumiendo energía.
Este consumo pasivo no solo encarece tus gastos, también afecta al medio ambiente. Cada kilovatio hora implica una emisión de gases de efecto invernadero, vinculados a los derechos de emisión de CO₂ de la UE, un sistema de compensación que encarece la generación contaminante.
Ahorrar luz se convierte así en una cuestión de conciencia colectiva. Apagar del todo o adquirir dispositivos más eficientes puede ser una forma directa y efectiva de participar en la lucha contra el cambio climático.
Sí, y más de lo que imaginas. Aunque el ahorro por dispositivo es modesto, acumulado a lo largo del año puede representar una diferencia tangible en el recibo de la luz. Según estimaciones de la Comisión Europea, se podrían ahorrar hasta 4.000 millones de euros anuales en el conjunto de la Unión Europea.
La nueva normativa también promueve la transparencia: los fabricantes deberán incluir en el etiquetado energético el consumo en modo espera. Esto permitirá al consumidor comparar opciones y elegir productos con mejor eficiencia energética.
Además, este tipo de consumo suele pasar desapercibido, por lo que hacer ajustes simples, como desconectar cargadores o usar regletas con interruptor, puede generar un ahorro significativo sin afectar el confort diario.
Los fabricantes están obligados a rediseñar sus productos para cumplir con los nuevos requisitos. Esto implica inversiones en tecnología y desarrollo, pero también abre oportunidades de innovación en eficiencia energética y sostenibilidad.
Habrá una transición en el mercado hacia productos más responsables desde el punto de vista ambiental. Electrodomésticos y aparatos electrónicos deberán incorporar componentes más eficientes o modos inteligentes de suspensión.
Esta transformación también impulsa la economía circular. Los fabricantes deberán diseñar productos más duraderos, reparables y reciclables, en línea con los ODS y las políticas de sostenibilidad de la Unión Europea.
Para combatir el cambio climático la UE ha puesto en marcha un paquete de medidas dentro del Pacto Verde Europeo. Entre ellas, la normativa de ecodiseño desempeña un papel crucial en la reducción de la demanda energética sin comprometer el confort de los ciudadanos.
Reducir el consumo eléctrico en modo reposo se alinea con los compromisos del Acuerdo de París y los objetivos de neutralidad climática para 2050. Cada vatio que no se consume es una tonelada de CO₂ que no se emite.
Estas medidas contribuyen a que la Unión Europea cumpla sus compromisos internacionales y a que los ciudadanos participen activamente en un cambio de modelo energético más responsable.
La nueva normativa de la Unión Europea no solo redefine el diseño de los dispositivos, sino también nuestros hábitos de consumo. Cambiar el enfoque hacia la eficiencia energética empieza con pequeños gestos cotidianos que, sumados, tienen un gran impacto.
Apagar lo que no usamos, elegir con conciencia y entender el valor de cada vatio consumido es clave. Ahorrar luz ya no es solo cuestión de economía: es una responsabilidad compartida frente al planeta. ¿Estás listo para encender ese cambio?
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