La aerotermia es una tecnología de climatización eficiente que usa la energía del aire para generar tanto frío como calor. Suele asociársele con el invierno, pero también funciona bien como sistema de refrigeración en los lugares con climas cálidos que visitamos en verano.
En regiones de temperaturas altas, la bomba de calor aerotérmica actúa igual que un aire acondicionado. Ésta extrae el calor del interior de la vivienda y lo expulsa al exterior, refrescando el ambiente de forma constante y sostenible.
Lo anterior la convierte en una solución versátil, renovable y con bajo impacto ambiental. No obstante, su rendimiento dependerá de diversos factores, como el aislamiento del hogar, la zona geográfica o el tipo de sistema instalado.
Uno de los puntos clave para entender el comportamiento de la aerotermia en verano es saber que no depende solo de la temperatura exterior, sino de cómo se diseñe e instale el sistema. Una instalación adecuada puede marcar la diferencia.
Para maximizar la eficiencia en climas cálidos, se recomienda ubicar la unidad exterior en una zona sombreada y bien ventilada, con suficiente espacio para que el aire circule. Esto ayuda a evitar sobrecalentamientos y mantiene estable el rendimiento.
Además, hay que considerar la superficie del inmueble, el tipo de emisores (como fancoils o suelo radiante) y el nivel de aislamiento térmico. Todas ellas son variables determinantes. Un hogar bien aislado necesita menos energía para mantenerse fresco.
El tiempo que tarda un sistema de aerotermia en climatizar una vivienda varía según el tamaño del espacio, la orientación del edificio y la calidad del aislamiento. En general, cuanto más apartado esté, más rápido se logrará una temperatura de confort.
También, influye el tipo de emisor. Por ejemplo, los fancoils enfrían el aire de forma más rápida y directa, mientras que el suelo radiante refrescante ofrece una refrigeración más lenta pero uniforme.
En cualquier caso, es importante tener en cuenta que la aerotermia está pensada para funcionar de forma continua y estable, no para enfriar rápidamente una habitación como lo haría un aire acondicionado convencional.
Para aprovechar al máximo la aerotermia en los meses calurosos, conviene establecer una temperatura según el tipo de sistema instalado. No se trata solo de confort, sino de optimizar el consumo energético.
Por un lado, en instalaciones con fancoils, lo ideal es mantener el agua del sistema a una temperatura de 7ºC. Dicho valor permite un enfriamiento rápido y eficaz, siempre que se realice el mantenimiento correcto del equipo.
Por otro, en sistemas de suelo radiante refrescante, la temperatura óptima del agua debe ser de 18ºC. Este método ofrece mayor eficiencia energética, aunque su instalación requiere una planificación cuidadosa y buen aislamiento térmico.
La estrategia por seguir para lograr que la aerotermia funcione en verano es considerar una serie de factores clave.
Entre ellos, está el aislamiento térmico del inmueble y los rasgos de la vivienda (altura, materiales, superficie). También, la humedad ambiental y el número de personas y horas de ocupación diaria.
Cada uno de estos elementos puede modificar tanto la sensación térmica interior como el consumo energético. Por eso, ajustar el sistema a las condiciones reales del entorno es esencial para mantener el confort sin derrochar energía.
Una pregunta común es si conviene más usar una bomba de calor aerotérmica o un sistema tradicional de climatización, como calefacción de gas o aire acondicionado eléctrico. La respuesta depende del enfoque a largo plazo.
Aún cuando el pago inicial de la aerotermia puede ser mayor, los costes operativos son mucho más bajos. Esto se debe a la alta eficiencia: por cada kWh de electricidad que consume, puede generar hasta 4 kWh de energía térmica.
Además, al tratarse de una tecnología basada en una fuente renovable como el aire, se reduce significativamente el impacto ambiental. Esto se traduce en menores emisiones de CO2 y un consumo más responsable.
La aerotermia no solo es viable, sino muy recomendable en regiones de clima cálido. Su capacidad de adaptación permite climatizar de forma eficiente sin importar la temperatura exterior.
El único requisito es que el sistema esté correctamente diseñado y dimensionado según las necesidades del inmueble. Esto incluye la elección del tipo de emisor, la orientación del edificio y el nivel de aislamiento térmico.
Incluso en zonas de veranos intensos y largos, la aerotermia puede ofrecer alto rendimiento, ahorro energético y confort térmico constante durante todo el día.
Este sistema representa una de las soluciones más sostenibles para climatizar espacios. Al usar el aire como fuente energética, no depende de combustibles fósiles ni genera residuos contaminantes.
Además, se integra perfectamente con otras tecnologías renovables como los paneles solares. Juntas, forman sistemas de autoconsumo muy eficientes y ecológicos, ideales para reducir la factura eléctrica y la huella ambiental.
A medida que las normativas energéticas se vuelven más estrictas y la conciencia ecológica crece, la aerotermia se populariza como alternativa limpia, económica y responsable.
La aerotermia no solo funciona bien en climas cálidos, es una de las opciones más adecuadas para refrigerar viviendas en verano. Su eficiencia, versatilidad y bajo consumo la convierten en una alternativa superior frente a otros sistemas más costosos o contaminantes.
Eso sí, su rendimiento dependerá de una instalación correcta, un buen diseño y del tipo de emisor elegido. Como en todos los sistemas, recuerde hacer revisiones cotidianas para mejoras o cambios.
Ya sea con fancoils o con suelo radiante refrescante, la clave está en adaptar el sistema a las características del lugar. Con un mantenimiento adecuado y uso responsable, aerotermia puede garantizar confort térmico todo el año y un ahorro energético considerable.
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